A lo largo del mes de julio se colocarán tres fotografías de gran tamaño, una en Arratebide, otra en Ubitxa y la tercera en Txonta
EIBAR.- Activar la memoria y responder a la petición de los y las eibarresas es uno de los objetivos que quiere conseguir la comisión Ego Ibarra para el 2019 con la instalación de fotografías históricas en los barrios de Eibar. Al mismo tiempo dichas fotografías darán otro aspecto a las paredes de la ciudad. Un proyecto que tuvo su inicio a finales del 2017 y que ahora tiene su continuación colocando a lo largo del mes de julio grandes imágenes en las calles Arratebide, Ubitxa y Txonta.
La fotografía que se va a colocar en Arratebide nos trae a la memoria la terrible crisis que vivió Eibar durante la I. Guerra Mundial y, con el fin de hacer frente al paro existente, la decisión tomada por el Ayuntamiento para hacer el camino de Eibar a Aginaga. Toribio Etxebarria, en su libro Viaje por el país de los recuerdos, dice al respecto: “¿Cómo fue esa asistencia del Ayuntamiento a los parados?. Lo más distante posible de una beneficencia. Se desempolvó un proyecto de carretera de Eibar a Marquina por Izua y Barinaga que dormía en el archivo, y a trabajar se ha dicho. Se formaron compañías de trabajadores, y los clásicos armeros tiraron de pico y pala como los más acostumbrados, a cielo abierto, siguiendo el trazado por las faldas del Urko. Y todo el mundo tuvo así un jornal; más un jornal que cada cual había sudado previamente en un trabajo de utilidad.” En la fotografía de Indalecio Ojanguren vemos a los trabajadores construyendo el camino; al fondo, las casas del paseo de San Andrés, la casa Kiputxanekoa y en el alto de Isasi, la iglesia y el convento. La foto es del año 1915, y pertenece al Archivo Municipal de Eibar, como el resto de imágenes que se colocarán en diferentes lugares de la ciudad.
En la pared de Ubitxa, en el camino a Unbe, de modo simbólico, se colocarán los corredores como si se dirigieran a la instalación deportiva. La foto es del Fondo Plazaola, de 1953, en la que podemos ver una carrera que partía de la entonces denominada calle de Dos de Mayo.
En la calle Txonta, en la pared del taller Mutiola —gracias al permiso que le han dado al Ayuntamiento los dueños del taller—, se pondrá una foto que recordará a las mujeres que pintaban los cuadros y las horquillas de las bicicletas, a las “fileteadoras” de la empresa Norma edificada en Txonta hacía 1944.
«Mediante imágenes, vamos cosiendo la historia de nuestro pueblo» afirman desde la comisión.
